El árbol de la vida.
El árbol de la vida.
En una clase de yoga a la que asistí, el yogi hizo un ejercicio en el que debiamos abrazar a la persona que tuvieramos al lado, y después de ese abrazo, debiamos expresar lo que sentimos. Me sorprendí y emocioné mucho cuando la persona que me abrazó me dijo: "Senti que abracé a un árbol: protector, frondoso, sosegado y amable".
El árbol de la vida, otro símbolo celta con gran significado.
Representa la esencia de nuestra propia existencia, transmite fuerza y positivismo.
En forma general, representa el ciclo de la vida: las raices representan el nacimiento, la vida que llevamos está reflejada en el tronco que crece en dirección al cielo, sus ramas y múltiples bifurcaciones representan las constantes decisiones que tomamos.
Es un símbolo ancestral que representa la vida en perpétua evolución.
Para la cultura celta, es un símbolo sagrado, que además representa la red de vínculos naturales que nos unen a todos.
Simboliza el equilibrio y la armonía en la naturaleza.
Su presencia refleja sabiduría, poder y longevidad.
Es el símbolo de la conexión entre el mundo superior y el inferior.
Según los celtas, todos llevamos un árbol de la vida interno, y por medio de éste podemos crecer en sabiduría y conocimiento.
Representa la familia y la conexión con los antepasados. En sus raices, historias antiguas compartidas, en el tronco, las luchas y aspiraciones, en sus ramas, la continuidad de las generaciones y los deseos por alcanzar la luz.
Hoy me siento honrada cuando recuerdo el ejercicio del abrazo, y al igual que los celtas, elijo creer que poseo un árbol interno. Riego con mi honra mis antepasados, mi tronco es mi presente con marcas de lo vivido, y sigo creciendo, buscando equilibrio y armonía. Mis hojas buscan la luz de la sabiduría y el conocimiento.
Paciente como una jardinera cuida sus cultivos, cuido mi interior para ver la primavera de mi consciencia.❤️
Mis fotos gracias a la talentosa @adrideviaje
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