Mi pueblo.
Mi pueblo
Yo nací en Valera, la ciudad más grande del estado Trujillo, pero tuve la fortuna de crecer junto a mis hermanos en mi pueblo, Pampán, su nombre particular que a muchos sorprende.
Pampán le abrió sus brazos a mi papá, a mi nonno y a mi nonna, inmigrantes . Ellos llegaron allá a trabajar, a mejorar sus vidas, y así sucedió. También llegaron inmigrantes árabes, portugueses, colombianos, y muchos más a quienes el pueblo adoptó como hijos.
En mi pueblo como en muchos el mismo sacerdote me bautizó, me dió mi primera comunión y también me casó, ya él era como familia de todos. Así como la mejor costurera del pueblo le hizo el vestido de novia a mi mamá, a mis hermanas y a mi.
Crecimos junto con el negocio de mi papá, sus empleados fueron nuestros amigos casi familia y muchos de ellos aún lo son, vivimos sus tristezas, alegrías y hasta sus despechos.
En ese pueblo, hice mis amigos que hasta hoy conservo y valoro, allí me enamoré, soñé, lloré de tanto reír, hice travesuras, viví tristezas, crecí, me fui y volví con mis hijas quienes aprendieron a querer al pueblo.
Recuerdo con especial emoción mi escuela, mi liceo, la casita, la iglesia, la plaza, las misas de aguinaldo, las semanas santas, el día de Reyes, la coronación de la Virgen, las serenatas, los carnavales y fiestas típicas de pueblo, San Benito, las misas de domingo, los pastelitos de mi pueblo que son los mejores... recuerdo a "El loco Ramón" , sin ánimos de ofensa así lo llamábamos, quien sufrió su enfermedad en las calles, era "normal" verlo a diario. Fue como muchos, un personaje.
En mi pueblo a los perros de la calle les ponen nombre y se vuelven mascotas de familias sin vivir todos los beneficios de serlo. Algunos han sido compañia de mi hermana y sus hijas.
La gente de mi pueblo habla con orgullo de destacados profesionales que crecieron alli, eso lo valoro y respeto, pero lo mejor que tiene mi gente, es su corazón, su solidaridad y particular forma de ser.
Recuerdo con cariño a mi nana, quien fue puro amor y bondad, asi como muchas personas que frecuentaban mi casa materna, gente que nos ayudaba sin esperar mucho o nada a cambio. También la solidaridad gigantesca cuando mi hermano tuvo un grave accidente.
Tengo más de treinta años que ya no vivo en Pampán, nunca pensé en regresar a vivir allá, pero hace tres años pensé que lo haría, que volvería a vivir los últimos años de vida allá en mi pueblo.
Cuando mi mamá se enfermó y estuvo meses en cama, en ese momento yo vi lo mejor de mi pueblo a pesar de que yo estaba viviendo la experiencia más triste de mi vida, sentí infinito agradecimiento por mi gente.
Recibimos expresiones de cariño sencillas y amorosas de personas que fueron hermanas de la vida de mi mamá, de la familia, de muchos amigos, conocidos y gente que conocí en esa situación. Eso fue increíblemente bello, porque la gente del pueblo se convierte en tu familia extendida.
Crecer en un pueblo te llena la vida de experiencias sencillas y hermosas.
Es imposible en éste espacio mencionar todo lo que significó crecer en Pampán.
Emilu
texto escrito en Enero de 2019.
Que lindura Emi, gracias, es lo mismo que siento por Pampan, agradecimiento y alegría al recordar tantos hermosos momentos que nos hizo vivir. Recuerdo mucho con cariño
ResponderBorrarGracias Por leerlo y por lo que expresas
BorrarQue hermosas palabras, ser de pueblo es mucho mas que ser humano, su gente y calor te llenan el alma los recuerdos,al regresar de visita parece que no han pasado los años Pampan es eso
ResponderBorrarGracias, un abrazo
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