Pasta casera

 Haciendo pasta casera al huevo


Hoy hice pasta casera. Cuando comencé con la elaboración, pensé en mi nonna Modesta, a quien no conocí, pero la amo. Quise que se hiciera presente, y así lo sentí. De ella viene mi amor por la pasta casera, porque ella enseñó a mi mamá.

Seguí con mi labor llena de historia, llena de recuerdos. Pensé en mis ancestros italianos y en todas las necesidades que pasaron debido a la guerra en Europa. 

De esas necesidades, de tanta injusticia vivida por todos los europeos, surgieron comidas increíblemente ricas, hechas con austeridad, pero con un ingrediente maravilloso e imprescindible: el amor, que lo encontramos en la mayoría de las cocinas del mundo.

Me imaginé a todas esas bellas italianas haciendo la pasta para sus familias, con rodillos gigantes, cortando a mano il tagliatelle, con mucho esfuerzo, dedicación y esmero por ofrecer lo mejor de ellas, y pensé: sin ninguna duda, hacer la pasta en casa es una rica demostración de amor a la familia.

Hoy llamé a mi hermano Pedro para que, según su experiencia, me diera tips sobre la preparación de la pasta casera. Él la hace con frecuencia, aprendió de la mejor maestra, nuestra madre.

Seguí sus instrucciones y no sería yo si no le doy mi toque, así que mientras estiraba la masa y lograba dominar la técnica pensé: "Realmente mi mamá es la mejor", pues ella siendo venezolana aprendió muchas recetas italianas y las hizo suyas,  estudió la mejor manera de lograr la receta y lo comprobó cada vez que la repitió. 

Ella se sentía una más de esas mujeres maravillosas que hacían la pasta casera para ver feliz a su familia y ser feliz de vernos disfrutar de tan delicioso e insuperable plato, y lo mejor que hizo (y que todas las madres debemos hacer) es transmitir sus conocimientos a nosotros...

 ¡Gracias por eso!


Emilu.


Texto escrito en febrero de 2018

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