La espiritualidad.
Podría decir que la espiritualidad es entrenarse para ponerse o hacerse a un lado y permitir que la energía más amorosa y bondadosa que nos sostiene nos guíe en todos los aspectos de la vida, en cada experiencia y en cada pensamiento.
Cuando entendemos, aceptamos y dejamos que esa maravillosa y santa energía fluya a través de nosotros para nuestro mayor bien, estaremos entendiendo que ante la dificultad sólo tenemos que pedir guía y en esa petición ser humildemente honestos para convertirnos en el instrumento de la solución.
Abrir el corazón para recibir en él lo que ya se nos ha dado por ser quienes somos.
Cuando los pensamientos me abruman recuerdo que estoy en el proceso de entrenamiento, que puedo conscientemente dejar pasar esos pensamientos, quitarles mi atención y romper la rueda o bucle al que me llevan cuando estoy en automático.
Siendo consciente hago silencio para escuchar. En ese silencio entiendo que sé lo que necesito saber.
Emilu.
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