Soltar.

Soltar.

 En la experiencia humana nada es permanente. Estamos siempre experimentando finales y principios, desde lo más simple a lo más complejo.

Los finales, ya sean de una situación de vida, de un ciclo o de una relación, se dan por haber tomado la decisión consciente o inconscientemente; otros finales se dan porque son procesos naturales de la vida, como el final de la vida misma.


Hay decisiones que nos cuesta tomar y asumir, aún sabiendo que debemos hacerlo no damos el paso por miedo, por apego o por no reconocer cómo estamos, qué sentimos y además por no considerar que podemos estar mejor. Tal vez por no enfrentarnos a nosotros mismos.


Podría decir que muchas veces lo que corresponde es soltar y permitir que la vida nos muestre su mejor manera de dejar atrás cosas, personas, situaciones, circunstancias o lugares. De manera consciente he estado en esa situación muchas veces en mi vida.


Estoy en una encrucijada, levanto mi mirada y observo lo que me ofrecen dos caminos enfrente de mí, ambos tienen riesgos, ambos tienen flores. Permitiendo ser guiada sigo caminando, ahora estoy de pie a punto de lanzarme al vacío, sintiendo la brisa suave que mueve mi cabello, roza mi piel y trae aroma de cambios que me adormecen. 

Me siento indecisa antes de dar el paso, entonces me detengo y decido entrar en mi silenciosa cueva interna por unos segundos. En el momento perfecto salí entendiendo que estoy frente a un gran proceso que tiene nombre: “soltar”, esa palabra muchas veces repetida y escuchada sin pensar en la profundidad de lo que representa para entender su verdadero significado.


Soltar no es solo tomar la decisión y dar el paso. Soltar es agradecer lo que pasó, lo que viví, lo que significó para mi vida lo que estoy decidiendo dejar atrás. Cuando la gratitud se da naturalmente entendemos que estamos soltando.

Soltar es comprender que cuando algo llega a su fin, es porque ya no nos nutre, ya no suma nada, es que terminó su función en nuestra vida, entonces sientes en todo tu ser que debes ponerte a un lado para permitir que la vida se manifieste.

La comprensión de ello no evita que me duela, pero si permite que tome acciones más acertadas que me llevaran a traspasar el dolor con la certeza de ser coherente conmigo, y con mi bienestar.


Soltar también es comprender que los procesos tienen su tiempo propio y que mantenerme en la decisión muchas veces no se da tan fluidamente como lo quisiera, sin embargo fortalecer la determinación con pequeños pasos diarios y en esos pequeños pasos vas dejando atrás casi sin darte cuenta. Así también se da la aceptación de lo vivido, de lo decidido, esto te llevará a la sanación. Y es ahí cuando todo comienza a darse fluidamente y entendemos que se está dando el proceso de soltar.


Ahora, estoy sentada en la grama verde, rodeada de flores salvajes preciosas, ellas me muestran la quietud, la confianza y su certeza de que todo lo que necesitan llegará en el momento perfecto, así como también cuando llegue su momento ellas soltaran sus hojitas para dar paso a su ciclo natural de volver a florecer. No hay error en ello.

 Ahí sentada con la naturaleza de compañía es que entiendo el significado de soltar.


Cuando suelto la vida me compensa trayendo lo que ahora necesito para seguir andando.


Emilu.


Comentarios

  1. Me encanta tu forma de escribir y los contenidos que eliges Emilu, siempre es bueno leer estas lecturas e indagar en ellas. Gracias

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    1. Gracias por entrar a mi blog y por leer. Lo que escribo lo hago desde mi corazón y de mis experiencias, deseando que siempre ayude. Un abrazo cariñoso

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  2. Excelente Emi cuántos mensajes que son tan reales. Quizás lo que de me da son los pequeños pasos para llegar a tomar la decisión. Gracias

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