Dar un paso

 Dar un paso, solo un paso no representa un gran avance cuando el recorrido que quiero hacer es largo.

Sin embargo, cuando mis hijas eran bebés celebré con emoción sus primeros pasos. Cuando una persona da su primer paso después de una convalecencia, se celebra como lo que es, un gran logro. El primer paso representa el inicio hacia algo nuevo.

Y es que antes de darlo estabas un paso más lejos de tu meta. Un paso puede ser dado con tus pies literalmente y un paso también es una decisión, una acción que determina un cambio en tu vida. Algunos de éstos pasos los he dado sin pensarlos mucho, algunos han sido un salto al vacío, otros tantos los he dado y no he seguido, han sido por impulso, he dado el primer paso y los siguientes necesarios no, en consecuencia no ha habido cambio, ni resultados diferentes a lo que vivía.

Los pasos pueden representar claridad en tu visión, he estado en un cuarto oscuro sin ventanas y he dado un paso a una salida resplandeciente de luz, a un lugar de verde naturaleza y aire fresco,  para luego descansar en la tranquila gratitud que me ha invadido.

Los pasos pueden representar el dolor de dejar lo que ya no funciona, para abrirnos a nuevas posibilidades, éstos pasos los he dado con dolor y miedo, para después ver la recompensa que trae la decisión. He dado pasos a ciegas, confiando en que podré ver luego el oro que se esconde en cada vivencia.

Algunos pasos son como caminar sobre una alfombra persa que para apreciar su belleza, debes observar el diseño completo tomando un poco de distancia de ella y así la magia se hará ante tu ojos.

Muchas veces no sabemos que, lo que nos separa de una experiencia de aprendizaje, crecimiento y cambios, es un paso, no imaginamos que después de darlo viene una experiencia de renacimiento para experimentar el éxtasis de estar vivos, o para experimentar la maravillosa sensación de reconocer el poder que poseemos, de saber que si podemos.

Dar pasos confiando en la vida, confiando en la energía amorosa, en la inteligencia superior que yo le llamo Dios, es caminar sabiendo que mi confianza irá tendiendo el puente que me llevará al otro lado del camino, desde donde miraré el recorrido hecho y, sin importar lo que observe en ese momento, me sentiré agradecida por estar en éste punto del camino, de mi vida.

Emilu.