Mamá Ana y mi mamá

 Mi Mamá Ana, fue una de mis bisabuelas maternas, cuando yo era una niña, mi mamá la visitaba y yo iba con ella, la recuerdo acostada hablando con mi mamá y con mis tías abuelas. De ella escuché varias historias y anécdotas graciosas, fue una bondadosa mujer. Una de las historias que escuché fue que mamá Ana compraba comida para personas necesitadas del pueblo, algunas de esas personas eran hijos de su esposo con otra mujer. Mamá Ana fue querida por esas personas, ella ayudó a quienes necesitaron de ella, no se mucho más, sin embargo estoy segura que su vida estuvo llena de acciones bondadosas.

Mamá Ana llegó hoy a mi memoria a través del recuerdo de mi mamá. Es hermoso saber que mi mamá así como mamá Ana ayudaron a muchos pese a sus dificultades, ellas decidieron pasar por encima de sus propias carencias personales para extender el amor a quienes requerían de un poco de atención y cariño.

Hoy a través de la dulce voz de una mujer de mi familia, escuché lo que mi mamá representó en su vida y en la vida de su hija. Mi mamá fue apoyo, amor, constancia, atención y presencia para ellas, les brindó el amor y el apoyo que necesitaban. Hoy me siento muy afortunada de saberlo.

Mi mamá creció con muchas carencias afectivas, y sin embargo, ella poseía un noble corazón, un corazón amoroso que yo no pude ver antes.

Cuando escuchaba a esta amorosa mujer hablar sobre mi mamá, hice un ejercicio retrospectivo sobre algunas acciones de las cuales yo fui testigo. De ello deduje que mi mamá se inclinó a ayudar a quienes de alguna manera fueron excluidos de las familias y de la sociedad; ella brindó a otros apoyo, ese sostén que ella no sintió. Se salió de la norma, de la regla, del deber ser y ayudó, con eso se ganó el rechazo de muchos, el juicio de otros, la exclusión por ser diferente, por extender la mano a su hermano igual a ella. Adicionalmente y más importante, mi mamá ganó la gratitud de muchas personas a quien ella miró como ella quiso ser vista, con una mirada de compasión y caridad, una mirada de comprensión por la aflicción que los demás vivían. Ella pudo dar a otros lo que no había recibido, y que necesitaba para ella misma. 

Mi mamá extendió su amor, su atención, su nobleza a muchos, acogió en su corazón a excluidos. Ella se identificó con el que necesitaba ser visto y atendido, quiso compensar de alguna manera la necesidades afectivas de otros, que eran sus propias necesidades. Fue un ser humano con grandeza y belleza interior.

Mi mamá fue la gran excluida de su gran familia, la gran incomprendida. Ella vivió un destierro, lo asumió, lo sufrió en su mente y en su cuerpo, se fue con mucho por expresar, creo que se fue sin saber muy bien lo que hizo por otros, sin entender la magnitud y extensión de sus bondadosas acciones.

Reconozco la maravillosa mujer que fue mi mamá, la valiente, la consciente, la que sufrió mucho y aun así su corazón estuvo lleno de amor, la que sostuvo a muchos en silencio.

No se si mi mamá sanó su corazón con el bálsamo del perdón, yo quiero creer que sí lo hizo, lo que sí sé es que parte de su legado bondadoso llega a mi a través de anécdotas maravillosas y así se hace presente en mi vida cada día, mi honra y gratitud con ella son infinitas. 

De estas bondadosas mujeres vengo yo, mujeres con un corazón inmenso. Mi honra se traduce en llevar un corazón limpio, en transformar el dolor y sufrimiento de mis ancestras en una historia llena de posibilidades para hacer de mi vida una experiencia feliz, llena de bondad, una vida con decisiones que me lleven a vivir experiencias de perdón y amor, lo que estoy segura que ellas querrían para sus descendientes.

Emilu.