Sardegna. Italia.

 Llegué a una isla, a una de las zonas azules del mundo, solo eso sabía de ese lugar. Fui allí sin saber para qué lo hacía,  fue una elección hecha pensando solo en conocer un sitio diferente, no hubo investigación previa, así que realmente no sabía a dónde llegaría.

La primera noche me lo cuestioné, ¿qué hago aquí? ¿Qué haré?. Confiando en que la casualidad no existe, al siguiente día salí a conocer con mis ojos curiosos  llenos de inocencia y sin ninguna expectativa. Ahí comenzó un viaje de descubrimientos.

Viniste a descubrir, no ha conocer es el mensaje gracias a Beatriz Silva.

Y lo que descubrí a través de experiencias fue: 

Vivir en alegria día a día.

La alegría que quiero compartir,  primero la cultivo en mí y la disfruto yo.

Encuentra la intención amorosa detrás de cada acción.

Las acciones no tienen que ser perfectas, solo tienen que ser amorosas.

Vive la simplicidad.

Todo es más simple de lo que creo.

En la simplicidad y sencillez está el amor.

 

Mi autenticidad es mí poder para brillar.

Ser auténtica y confiar en ello, me llena de seguridad y me permite relacionarme mejor conmigo misma, para luego abrirme a relacionarme con el exterior.  

Confía.

Permitirme confiar y dejarme guiar sin controlar nada, es confiar en un proceso que tiene un propósito diferente a la finalidad.

Un corazón alegre vale por dos.

Despierta - observa 

En cada encuentro hay un mensaje, cada encuentro es una señal en el camino.

La defensa a sentir libertad.

La falta de espacio que observo en el exterior, el miedo a espacios reducidos tiene que ver con la falta de espacios flexibles internos, esos espacios limitados por creencias que a través del tiempo se convirtieron en experiencias y realidad.

La vida no se equivoca. 

Hacer el viaje de la vida sin expectativas, sin descubrir nada antes de llegar a donde te diriges, es confiar en que siempre estoy sostenida y que lo que venga es perfecto.

Emilu.